lunes, 24 de noviembre de 2008

En los últimos días entre mis apuntes de estudio en word, asaltos nocturnos de razón y asesinatos del corazón que me dan por escribir y constar por escrito sin mas testigos que los ruidos de la avenida; en fin, he pasado mas tiempo frente a la computadora que en presencia de seres humanos.Fue entonces que recordé lo reconfortante y satisfactorio que es la calidez humana, pero recordé sobre todo las pequeñas cosas que se esconden en las ciudades, y lo que se siente cuando se las encuentra casi sin querer...

Era una noche de aquel invierno dorado, tomaba el colectivo para regresar a casa, hacía frío y estaba cansada, lo único que quería era sentarme y llegar lo mas rápido posible...Mis deseos no siempre son órdenes, resultó ser que todos los lugares venían invadidos por caras agotadas, y otras no tanto; así que me instalé en el medio, agarré fuerte el pasamanos y la parte trasera de un asiento, y esperé en mi posición que el chofer diera rienda suelta a la tabla de surf.Sólo bastaron dos cuadras para que se convirtiera en un mundo sobre cuatro ruedas, en una de esas paradas subío un hombre alto, delgado, armado con un pequeño equipo de audio y manos esperando recibir alguna que otra moneda.Dijo que cantaría y nos alegraría con una canción, colaboración de por medio como agradecimiento de nuestra parte por supuesto. Presionó un botón y empezó el playback: "Tantos momentos de felicidad, tanta claridad y tanta fantasía, tanta pasión, tanta imaginación y tanto dar amor hasta llegar el día, tantas maneras de decir te amo no parece humano lo que tu me das..." en ese instante se cortó la música y su canto por un desperfecto del equipo, pidió disculpas e inició nuevamente, se dispuso devolvernos la brisa sentimental que se había escapado junto con un pasajero que hizo su parada.Intentó una y otra vez, mas el mismo problema se presentaba anticipándose al estribillo, creo que más de uno realmente quería escuchar la canción (es hermosa), hasta que nuestro cantor perdió por goleada contra la tecnología y nosotros la esperanza; así que decidió bajar tal como había llegado, armado con su pequeño equipo de audio (sólo su voz hubiera bastado para ganarse en batalla la vida), la garganta preparada para la oportunidad y las manos vacías. Todos volvimos a mirar la nada a través del sucio cristal, y sentir la incomodidad de viajar parados algunos...Hasta que nos interrumpió de la rutina un nuevo sonido, alguien cantaba sin mas acompañamiento que sus ganas, nos miramos para ver quien se había animado, hasta que terminamos buscando en un asiento de atrás, al final de todo...Era una pequeña tan igual a nosotros en capacidades diferentes, tan superior en valentía y agallas, quizás por compensar el espectáculo suspendido, por devolvernos las esperanzas, por distraernos de nuestro listado de cosas por hacer al llegar a casa, o quizás solo porque le dio la gana, que cantaba a viva voz un tema de RBD (Rebelde!!).No es de mis preferidos, así que tardé en acertar con la letra que decía algo así: " Inalcanzable como estrella tan distante, un amor casi imposible, invisible como el aire. Eres tan inalcanzable, tan sublime como un angel, un amor casi imposible como fuego que no arde...Te me has vuelto inalcanzable..."Sonaba una y otra vez, algunos se miraban, se sonreían, otros seguían conversando con su melodía de fondo y los demás permanecíamos en silencio pensando quizás...Me acercaba a casa, y entre medio de la gente por fin alcancé el timbre para anunciar mi parada, ella seguía con los mismos ánimos con que había empezado por si alguien todavía no la hubiera escuchado, esa noche de invierno nos hizo a todos merecedores de un rayo de sol. Antes de que la puerta se plegara y hubiera abandonado el show, la miré por última vez, y recordé aquel hombre que sin éxito se había bajado con las manos vacías...Y sin pedirme nada a cambio, me regaló su sonrisa inocente, capaz de brillar con luz propia...
Estas como tantas otras pequeñas cosas se esconden en las ciudades donde el tiempo es escaso y las distancias inmensas, donde lo mas importante es lo mas sencillo, ahi están en las mañanas de prisa, en la hojas del periódico que casi nadie lee...pequeñas cosas esperando ser descubiertas por vos.
Mirando el desastre de cerca...

Podemos seguir convencidos de que algún día se extinguirán las armas, los intereses y los egoísmos que dejan bajo tierra en silencio a infinidad de inocentes. Podemos continuar predicando el deseo de un mundo mejor, de niños con infancia, de mujeres sin miedos, de hombres libres. Podemos permanecer en nuestra preocupación eterna por gobernantes idiotas, faltos de escrúpulos, de sentido común, sin principios. Podemos seguir pidiéndole a Dios cada noche, cada domingo, por el sufrimiento ajeno, el propio, por injusticias impunes, esperando que venga a nosotros su reino.Podemos continuar quejándonos del desastre del mundo, hablando para nosotros mismos de la falta de sensibilidad...podemos seguir sintiendo esta impotencia al ver que todo se pone peor...y seremos ancianos bohemios, tantas canas como sueños, quizás calvos de esperanzas ya. Seremos la generación que vio pasar la prófuga hecatombe a su lado, y preocupada por dar aviso de ello, no pudo detenerla...Seremos burbujas de jabón y promesas en medio de un ciclón. Podemos seguir buscando el futuro y la paz en las líneas de nuestras manos, o podemos levantar la vista y ver el desastre de cerca, puede que no haya mas lágrimas derramadas en Medio Oriente que a dos cuadras de casa, puede que los intereses y egoísmos sean nuestros propios vecinos, y a la vuelta de la esquina estén cayendo en silencio infinidad de inocentes, niños sin infancia, mujeres con miedo, hombres esclavos de sí mismos. Puede que hayamos elegido aquél gobernante idiota, falto de escrupúlos, de sentido común, sin principios. Puede que Dios cada noche, cada domingo haya puesto en nuestras manos y corazones su reino para terminar con tanto sufrimiento y evitar las injusticias. Puede que no logremos nada quejándonos, hablando entre nosotros, soldados del amor, mientras afuera el mundo muere por falta de sueños y cáncer de olvido. Seamos la generación que vio pasar la prófuga hecatombe a su lado y se lanzó sobre ella sin mas arma que su propia vida, para que no pudiera alcanzar en su desgracia a nadie más.

"El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad." Albert Einstein